Siéntese erguida y ponga una pierna en una zona más alta (por ejemplo, una silla o el borde de la bañera) para estirar más la piel.
Con la mano libre, estire la piel con dos dedos para que el vello se levante.
Nota: Aunque eliminar el vello de raíz resulta doloroso, la piel acabará acostumbrándose. Cuanto más se depile, menos vello volverá a crecer y esto ayudará a reducir gradualmente el dolor.