La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) provoca dificultades para respirar y el aumento de la disnea. Con bronquitis crónica, los tubos (bronquios) que llevan el aire dentro y fuera de los pulmones se inflaman, lo que provoca un exceso de producción de moco y tos. La presencia de moco y la inflamación hace que los bronquios se estrechen. Esto no solo limita que la cantidad normal de aire llegue a los pulmones, sino también les impide desinflarse totalmente, dejando una gran cantidad de aire residual en los pulmones1.
Con enfisema, la presencia de inflamación en los alvéolos (sacos aéreos) reduce su flexibilidad. En algunos casos, se contraen, lo que dificulta el ingreso y salida del aire de los pulmones. Como resultado, contienen más aire de lo normal, un estado conocido como la hiperinflación. La combinación de la hiperinflación y el esfuerzo adicional necesario para respirar se traduce en la sensación de disnea1.